PATRIMONIO Y LUGARES DE INTERÉS. No es Azabal un pueblo de edificios que tengan interés artístico, ni cuenta con un casco urbano con tales características, pero sí es típica la calle el Guindal y el barrio de la Fuente, calle de la Campana y calle Leñera. También típica la fuente de las Macetas donde los mozos en las noches de ronda, sobre todo cuando había quintos que se iban a la mili, hurtaban a las mozas las macetas de sus balcones y las ponían en la fuente adornándola con ellas y poniéndola guapa. Actualmente esta costumbre se hace en carnavales. Así lo evoca Julián Delgado:
"¡Agua de la fuente las macetas,
cómo cantas y lloras
en las noches serenas de luna!
¡Cómo se oye tu voz de agua clara,
cómo se citan los mozos y mozas en el barrio de la Fuente,
más bonita está la plaza con sus macetas y fuentes,
que son requiebros de los mozos
con sus valores de siempre".
EDIFICIOS más destacados son el ayuntamiento, la iglesia parroquial de San Ramón Nonato, la agencia de lectura, la ermita de San Cristobal, la cooperativa San Ramón, almacenes industriales, el consultorio médico, el colegio San Ramón, la residencia geriátrica, etcétera. También es digno de resaltar, como lugar emblemático, el lagar de la Hoya por su tipismo y el encanto que encierra. Así también Julián Delgado:
"¡Qué tiene el viejo Lagar de la Hoya?
No sé madre qué será
pero me mola y me cautiva
y tiene un embrujo sin igual!"
Tiene Azabal en sus alrededores un canal que del Moro llaman, pues dicen que un jefe moro se enamoró de una dama cristiana de Granadilla y ésta le pidió que le bajara las aguas de la fuente espigadera que en Ovejuela está, si con ella se quería casar. Lo cierto de esta historia es que este canal existe, aunque está soterrado en su mayor parte por los cultivos de cerezo. Alrededor de esta leyenda, Julián Delgado ha creado una gran obra de teatro en romance en tres actos. En ella se representan estos amores y lucha por la ciudad, paz por esos amores, construcción del canal, actividad y trabajo de soldados y cristianos lagareros, trilladores, aceituneros, pastores o lavanderas, y la tragedia final en las aguas del canal. Durante el desarrollo de la obra, canciones populares dan colorido al tipismo de la obra, representada por más de cuarenta actores. Es el teatro en Azabal seña de identidad de este pueblo pues más de cincuenta años tiene el grupo de teatro formado por vecinos, a lo largo de lo cuales se han llevado a cabo representaciones de importantes obras, avalando este patrimonio teatral.